1- ANÁLISIS:
-Historial de
conducta: desde muy pequeño, desde siempre.
-Antecedentes: Suele darse esta conducta cuando el niño Teo está muy
cansado, a última hora de las sesiones de mañana siempre que hay “estrés ambiental”
(ruido, situaciones inesperadas…).
-Topografía: Teo
se golpea repetidamente la cara con ambas manos.
-Función:
evitación de las situación estresante, escape.
-Consecuencia: el niño se altera progresivamente y acaba llorando. Sus
compañeros se quedan mirándolo reforzando su conducta y le hablan e intentan
sujetarle las manos para impedir la autoagresión,
acción que empeora todavía
más la situación.
2- PLAN DE ACCIÓN:
Ante la imposibilidad de eliminar
todos los ambientes estresantes en el entorno inmediato y de extinguir la conducta mediante la simple retirada de atención reforzadora, el
planteamiento de la intervención consiste en introducir una conducta
alternativa “socialmente aceptable” que sea incompatible con la autoagresión. Se
propone en estas situaciones el acercarse al niño y ofrecerle nuestras propias manos
para “chocar las palmas”, manteniendo sus manos ocupadas en dicha actividad,
facilitándole que la propia actividad vaya agotando su energía y se vaya
calmando.
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